1° de Diciembre Día del Subte
El Subte de Buenos Aires: Un Viaje a Través del Tiempo
El 1° de diciembre de 1913, Buenos Aires dio un paso monumental en la historia del transporte urbano con la inauguración de la Línea A del subte, el primer subterráneo de Argentina y de Hispanoamérica.
Esta obra se convirtió en un hito no solo para la ciudad, sino también para la región, marcando el inicio de un sistema que cambiaría para siempre la forma en que los porteños se desplazaban por la ciudad.
Los Primeros Pasos: La Excavación y los Primeros Trenes
En septiembre de 1911, comenzaron las obras de excavación para lo que sería el primer subte de Buenos Aires.
Las empresas de tranvías fueron las pioneras en la inversión para la construcción del subterráneo, buscando aliviar la congestionada circulación de la ciudad.
La Compañía Anglo-Argentina se encargó de la construcción del primer tramo, que conectaba Plaza Once con Plaza de Mayo, a lo largo de un recorrido de 3,5 kilómetros.
El trayecto, realizado mediante excavaciones en trinchera, tuvo como resultado el tipo de estación más distintivo de ese entonces, con techos planos que aún se observan en las estaciones originales.
Las obras se llevaron a cabo utilizando una tecnología que luego se replicó en la construcción de la Línea B.
Expansión y Diversificación del Sistema
El éxito del subte fue inmediato, y en los primeros años de su funcionamiento, se comenzó a planificar la expansión del sistema.
En menos de tres décadas, Buenos Aires contaba con cinco líneas de subte, lo que permitió una cobertura más amplia y una conexión más eficiente entre el centro de la ciudad y los barrios periféricos.
La Línea B comenzó a operar en 1930, seguida de la Línea C en 1934 y la Línea D en 1937. Con el paso del tiempo, la Línea E se inauguró en 1944, sumando otra importante línea al sistema, que no solo brindaba mayor accesibilidad a los pasajeros, sino que también se diversificaba en cuanto a la arquitectura de las estaciones.
En 1930 se inauguró el primer tramo de la línea "B" de Subterráneos. Esta video documenta sintéticamente sus comienzos
La Nacionalización y los Desafíos Posteriores
En 1952, el sistema de subte pasó a ser administrado por el gobierno argentino, lo que permitió una mayor integración con otros medios de transporte público, como el colectivo y el tren.
Sin embargo, con el paso de los años, el sistema enfrentó diversos desafíos, como el envejecimiento de la infraestructura y la creciente demanda de usuarios.
Renovación y Modernización en el Siglo XXI
A finales del siglo XX y principios del XXI, el subte comenzó a recibir importantes reformas y actualizaciones.
En 2013, la Línea A experimentó una de las renovaciones más significativas con la incorporación de nuevos trenes, reemplazando los históricos "Coches belgas" que habían estado en funcionamiento durante más de un siglo. Además, se modernizaron muchas estaciones y se implementaron mejoras en la accesibilidad.
Recientemente, se continuó con la modernización de diversas líneas, la incorporación de trenes de última tecnología y la ampliación del sistema hacia zonas previamente menos conectadas, como la ampliación de la Línea H, que une barrios importantes de la ciudad.
El Subte como Patrimonio Cultural
Además de su función de transporte, el subte porteño ha sido un espacio para la expresión artística y cultural.
Desde sus primeras estaciones, el sistema ha estado decorado con murales y obras de arte que reflejan la historia y el espíritu de Buenos Aires.
Cada línea tiene una identidad propia, con estaciones que presentan diferentes tipos de arte, desde reproducciones de obras famosas hasta mosaicos originales que hacen del subte una experiencia visual única para los pasajeros.
Los secretos del subte porteño
✔ El subte de Buenos Aires no solo conecta a millones de personas, sino que también resguarda secretos fascinantes que enriquecen su historia.
Este túnel, que fue parte del trazado original, hoy funciona como depósito y solo es accesible para personal técnico.
En realidad, las estaciones fueron cerradas debido a un acuerdo operativo entre las compañías de la Línea A y el ferrocarril Sarmiento. La estación Plaza Miserere requería una cola de maniobras y una cochera de doble vía, lo que obligó a modificar la estación Alberti y a cerrar un sentido de Pasco, sin necesidad de expropiar terrenos.
✔ Además, los trenes originales de la Línea A, fabricados en Bélgica, estuvieron en servicio durante casi 100 años. Conocidos como coches La Brugeoise, estos vehículos históricos se convirtieron en un emblema de la ciudad antes de ser reemplazados en 2013.
✔ Otro aspecto destacable es el arte presente en las estaciones del subte. Murales, reproducciones y obras originales transforman las plataformas en verdaderas galerías subterráneas, ofreciendo a los pasajeros un momento de contemplación entre viaje y viaje.
✔ La estación más profunda: La estación Once-30 de diciembre de la Línea H es la más profunda de la red de subtes, ubicada a 22 metros bajo tierra. Esta profundidad se debe a las complejas condiciones geológicas y urbanísticas que la línea tuvo que sortear, como la presencia de conductos cloacales y otros obstáculos subterráneos. La estación fue construida utilizando diversos métodos, incluidos el de túnelería y excavación a cielo abierto, para superar estos desafíos.✔ Restos fósiles en el subte: El subte de Buenos Aires no solo guarda historia de su construcción, sino también secretos prehistóricos. Durante las obras de extensión de las líneas D y B, se descubrieron restos fósiles de gliptodontes, animales de la era del Pleistoceno. En 1999, en la extensión de la Línea D, se hallaron restos en el barrio de Belgrano, a 9 metros de profundidad. Al año siguiente, en 2000, se encontró un gliptodonte de un millón de años de antigüedad en la Línea B, debajo de la Av. Triunvirato, en Chacarita. Estos hallazgos contribuyeron a la historia paleontológica de la ciudad, y los restos están hoy en el Museo Bernardino Rivadavia y exhibidos en la estación Juramento, en la Línea D.
✔ Bajo Tierra También Hay Semáforos: Pocos saben que dentro de los túneles del subte y en los andenes también existen semáforos. Estos no son solo visibles para los conductores, sino que son fundamentales para garantizar la seguridad y la fluidez del servicio. Están conectados al sistema de señales de cada línea y utilizan tecnología LED, permitiendo que el Puesto Central de Operaciones (PCO) les envíe indicaciones sobre si pueden continuar, deben reducir la velocidad o qué vía deben tomar en caso de maniobras.Además, los conductores cuentan con equipos de radio para mantener la comunicación constante con el PCO y así asegurar que la operación se realice sin contratiempo.
Un Futuro Prometedor
Hoy en día, el subte de Buenos Aires sigue siendo uno de los medios de transporte más importantes de la ciudad, con más de 800.000 de pasajeros diarios y una red que cubre 60 kilómetros con 6 líneas operativas.
La expansión continúa, y se están llevando a cabo proyectos para ampliar aún más el sistema y mejorar la conectividad con otros medios de transporte.
Con un legado que abarca más de un siglo, el subte de Buenos Aires no solo representa una solución de movilidad para los porteños, sino también un símbolo de la modernización y el crecimiento de la ciudad.
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¿Cómo se controla la operación del subte?
La operación del subte se coordina desde el Puesto Central de Operaciones (PCO), el corazón de la red, que gestiona y supervisa todo lo relacionado con el servicio. Desde este centro se llevan a cabo tareas fundamentales como el control de los trenes, la comunicación interna y externa, y la ejecución de planes operativos.
Existen varios puestos de control en la red: uno supervisa las líneas que utilizan el sistema ATP (Automatic Train Protection), que abarca las líneas A, B, D y E, mientras que otro controla la Línea C, que emplea el sistema CBTC (Communications Based Train Control). Además, la Línea H también está bajo la supervisión de un PCO equipado con CBTC.
Estos centros están conectados directamente con los trenes a través del sistema de señales de cada línea, lo que permite monitorear en tiempo real la ubicación de los trenes y coordinar acciones como cambios de vías, ajustes en la frecuencia de los trenes, o el envío a cocheras. También se gestionan planes de contingencia en situaciones de emergencia, como la detención de trenes o la regulación de velocidad.
Con tecnología de última generación, el PCO centraliza toda la información del servicio y actualiza en tiempo real los canales de comunicación con los pasajeros, garantizando que el servicio sea operativo las 24 horas del día, los 365 días del año.
Sustentabilidad
Un punto a favor de este medio de transporte es la sustentabilidad. Gracias a la cantidad de pasajeros que puede transportar contribuye a disminuir la contaminación y el impacto en el medio ambiente.Por ejemplo, once personas en subte contaminan el mismo CO2/Km recorrido que una sola en auto.
- AUTO: 0,23 Kg CO2 / Persona
- SUBTE: 0,02 Kg CO2 / Persona
¿Cómo se ingresan los coches y materiales bajo tierra?
Los vecinos de Caballito pueden estar acostumbrados a ver cómo los subtes circulan por la calle y acceden al túnel a través de una rampa en la zona de Primera Junta. De igual manera, los habitantes de Parque Patricios suelen observar cómo se corta la avenida Colonia, se levanta la calzada y se utiliza una grúa para bajar un coche bajo tierra.
El acceso desde Primera Junta, que conecta con el taller Polvorín, es el más utilizado. Este punto se emplea para ingresar formaciones, pero también para introducir escaleras mecánicas, maquinarias de mantenimiento como esmeriladoras y alineadoras de vías, entre otros equipos, especialmente por la noche.
Las líneas A, C, D y E están conectadas bajo tierra por enlaces exclusivos para fines operativos. Por ejemplo, el enlace A-D, visible desde el andén norte de la estación Plaza de Mayo, conecta las líneas A y D, y también permite la conexión con las líneas C y E. Existen otras conexiones entre las líneas C y D, así como entre las líneas C y E. Sin embargo, las líneas B y H no están conectadas con el resto de la red: la línea B ingresa mediante una conexión con el ferrocarril Urquiza, mientras que la H tiene un acceso específico desde la “puerta trampa” de la Avenida Colonia.
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